The Glenrothes Maker´S Cut Single Malt Whisky Escoces
THE GLENROTHES
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Vamos a meternos de lleno en esta cata del The Glenrothes Maker’s Cut Single Malt, pero no esperes la típica pedantería de nariz y bouquet. Esto es whisky, no un puto perfume caro para cuellos frágiles. Acá va:
De entrada, te pega en la cara como un abrazo que no pediste. Potente, con ese golpe dulzón de vainilla y caramelo, como si el barril de jerez hubiera decidido dar una fiesta solo para vos. Pero no es todo. Hay especias: canela, nuez moscada... lo justo para recordarte que este whisky tiene carácter. Después de unos segundos, se va calmando y empieza a aparecer algo más frutal, manzanas maduras, y un toque cítrico. Pero no te dejes engañar, sigue siendo una bestia que no se domestica fácilmente.
Acá la cosa se pone seria. Entra con toda su fuerza, como si quisiera dejar su marca desde el primer sorbo. Es untuoso, casi oleoso, con una textura que se pega al paladar. Las frutas secas dan un paso al frente, pasas y dátiles, envueltas en miel. El roble está presente, pero no para apabullar, sino para acompañar esos sabores más cálidos. Y cuando te creés que ya entendiste lo que está pasando, ¡pum!, aparece el toque especiado. Pimienta negra, clavito de olor, como para recordarte que acá no hay lugar para paladares blandos.
El final es largo, persistente, como un idiota que no te deja en paz, pero en este caso lo agradecés. Queda esa mezcla dulce y especiada, con un calor agradable que baja por la garganta como si estuviera diciendo: "tranquilo, pibe, yo me ocupo del resto". Y así te deja, con una sonrisa torcida y las ganas de echarle otro trago. Ningún vodka de mierda te va a dejar esta sensación, te lo aseguro.